‘Ya no tenemos que soñar. Tenemos cosas reales que podemos tomar’
Stringer Bell. The Wire
Creo que fue Stuart Mill quien en sus diarios decía que el día en que el sexo desapareciera del debate publico y se quedara en la esfera privada la sociedad podría por fin avanzar. Esta semana hemos hablado mogollón de sexo. Aún así creo que si Stuart estuviera vivo le hubiera parecido una semana interesante porque el sexo aquí ha sido el medio para hablar de otras cosas. Pornocracia, el último libro de Jorge Dioni no va solo de porno sino del deseo y de como el mercado ha ido satisfaciéndolo con tal velocidad que le ha acabado sepultándolo. ¿Lo quieres? Lo tienes. Córrete. Ya. Venga, otra cosa. Ese esquema vale para el porno y vale para casi todo. ¿Hambre? Glovo. ¿Tripa? Gym. ¿Dolor? Fisio. ¿Cansancio? Spa. A cada llanto una cucharada rápida, cargada, suculenta de producto. Jorge lo dice así. La portada del libro es genial.
A veces en ese ciclo sin fin (o con él) aparece un nubarrón. Una especie de voz que no calla con nada, de dolor inconcreto que no se pasa, de deseo insatisfecho. Es la moral, la conciencia, el otro. Un reto que el sistema responde con donativos, con lazos, con gestos sencillos, inocuos que no interrumpan el ciclo de consumo. Pastillitas para calmar los ataques solidaridad, de altruismo, de lucidez. Agus Morales habla de esto en “La hipocresía solidaria”. Lo hace -con aires caparrosianos - comparando Ucrania y Afganistan, dos conflictos que nos retratan como continente y dibujan las ruinas de nuestros valores. No lo dice así pero lo deja caer, como su portada, también chula.
La hipocresía, por salvaje que parezca, no está en la naturaleza, y mira que hay cosas. De eso, de la naturaleza y no de la moral, habla Ricardo Moure en “Sexo Salvaje”. Un libro fluido con una catarata de datos que me acompañarán siempre. Por ejemplo: los plátanos que comemos son clones y es probable que se extingan y de hecho se extinguieron y puede que por eso los yogures no sepan al plátano que conocemos sino al plátano que se extinguió que se llamaba ‘Big Michael’.
Antes de que hagáis algún juegos de palabras con plátanos y sexo, podeis daros un baño de surrealismo con Azuleja, pieza fundamental de esa nueva escena que se metió en el juego de la entrevista más allá de lo que hubiéramos podido desear. Yo todavía me estoy recuperando de esto:
Y así, mientras nos desnudábamos para tener “sexo salvaje” acabamos preguntándonos si un plátano puede tener identidad. Y de la identidad ha ido el resto de la semana empezando por el toro de Osborne. Un icono de españolidad clásico y moderno, vanguardista y atemporal. Un icono que tapó a su creador, Manolo Prieto.






Para que viéramos el resto de su obra brutal, para recordar sus inicios en el Partido Comunista, sus múltiples vidas, su ostracismo feliz, Nacho Álvaro se ha currado este Documentos RNE.
Puestos a profundizar en nuestra identidad, hagámoslo del todo, metiéndonos en Al Andalus. En esa recreación fantástica, tolerante y multicultural que propone David Montañés en su último disco”Aljamía”. ¿Somos ese Sylicon Valley/Nueva York medieval nosotros? Yo que sé. “Tu patria son tus amigos”, decía Federico Lupi en Martín Hache. Y la amistad la empezamos a practicar camino de Coruña. Estos somos nosotros siendo amigos.
Algún día seré capaz de explicar qué pasa cuando vamos a Estudios Mans. Por qué me posee una sensación de familiaridad medio rara (ya soy murciano, salmantino, madrileño y asturiano… no cabemos más!!). Puede ser esa mezcla de cariño y respeto, o esa parte megapreofesional que hemos querido atribuir más a un empresario que a sus trabajadores o a sus vecinos. El caso es que en Coruña nos vemos rodeados por paz, amor y buenos alimentos, así que parece que vayamos puestos de eme. El programa que hicimos todavía está en fase de análisis pero tuvo para mí tres cosas muy guays. La primera es un poco de narcisismo frágil. Ver un espacio tan grande lleno a las 11 de un jueves mola.
La segunda es menos ególatra. Es un honor ver a Faustino Nuñez, (flamencólogo superstar) encontrando, o desmintiendo, los vínculos musicales entre Galicia y Andalucía, que haberlos haylos.
Y la tercera... la tercera se me ha olvidao. Ah, no, ya me acuerdo. La tercera son The Rapants. La noche antes del programa, entre pulpo y albariño, hablamos bastante de carreras musicales, de sueños y de pesadillas de quien inicia un viaje. Nada que os pueda contar pero sí esa sensación de que Xaquín, Samuel, Mati y Xamma, están viviendo uno de esos principios vitales que definirán quienes serán. De momento, como mínimo, lo que ya son: un grupazo.
Finalmente podemos volver a preguntarnos qué da la identidad. Hay muchas respuestas. Una posible es: lo que deseamos. Somos lo que deseamos. Pero cuando rascas un poco, todos acabamos deseando cosas parecidas: sexo, plátanos y amigos. Y ese desear lo mismo, que podría acercarnos, me temo que es lo que explica esta muchedumbre de seres locos por diferenciarnos, por desear distinto, por encontrarnos en el tíket de compra. Lógico que al salir del super te ofrezcan de estranjis identidades supuestamente sólidas, banderas, géneros binarios, escudos, apellidos, horóscopos. Puertas de emergencias en este manicomio de buscadores de identidad, en este manantial de deseos forzados. Hagamos el deseo grande de nuevo. Corrámonos rápido.¿Ya? Venga, ¿Qué más quieres?
Vaya. Se me fue la olla. Igual estas mirándome como me mira Carmona cuando me paso de (pseudo)sociólogo o igual como el pingüino de peluche. En ambos casos, ponte el Novedades Carmona de esta semana ya.
Míralos ahí a los dos. Presiento que este es el principio de una hermosa amistad.
P.D.:La semana que viene seguiremos justo en este punto de “La amistad”.
Usted está aquí. (Anto)
Todo mal. (Toño)
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Q bien lo cuentas AV y q gustazo leerte!!!! A ver cuando encontráis algún motivo, q a lo mejor si buscáis mucho, lo encontráis para venir a Valencia!!!! Poliabrazo para tod@s!!!!